[PS3] Tales of Graces f

viernes, 23 de febrero de 2018
23 de Febrero de 2018

Desde que empecé con Tales of Symphonia hace unos cuantos años, he seguido hacia delante en la saga Tales of para jugar a los nada menos que seis juegos que tiene en PlayStation 3.
Actualmente estoy jugando a Tales of Xillia, y en su día dediqué una entrada a Tales of Symphonia y a su secuela Tales of Symphonia: Dawn of the New World.
Ahora toca hablar del último de los juegos que pertenecían al pack: Tales of Graces f, la versión extendida de Tales of Graces, exclusivo de Japón. Por lo visto a la saga no le fue bien y durante esa época algún que otro juego no atravesó las fronteras niponas (Principalmente, ejemplares de portátiles), pero a partir de Graces f no hubo ningún juego que no llegara a nuestras tierras, salvo alguna versión como la edición física de Tales of Berseria para PlayStation 3.
Eso sí, Tales of Graces f rompió ese bucle, pero lo hizo llegando completamente en inglés. Aviso, eso sí, de que el nivel de inglés necesario para entender el juego no es demasiado exigente.
Bueno, vamos a ello.

Sin spoilers, como siempre


Tales of Graces f es la versión extendida de Tales of Graces (de Wii), exclusivo de Japón, y salió únicamente para PlayStation 3 en 2010, un año después del juego original. Como es habitual, su desarrollo corrió a cargo Namco.

El juego cuenta la historia de Asbel Lhant y la misteriosa Sophie, desde su primer encuentro durante su infancia hasta que años después comienzan juntos un viaje para evitar que una fuerza oscura consuma el Eleth del mundo.




Ya he hablado en otras ocasiones de juegos de la saga Tales of, y pensando en ellos voy a hablar de Graces of como juego pero también como parte de esta saga.
Es cierto que, como ya se veía en Dawn of the New World, la saga está enfocando sus combates hacia un punto con cada vez más acción, sin perder esa característica jugabilidad Tales of tan dinámica a la par que inteligente. Es por ello que los jefes más difíciles suelen ser los primeros, cuando aún no hemos dominado el juego.
Mientras que Dawn of the New World cometía ciertos errores en su dinamismo (menos personajes interesantes, un sistema fallido de desplazamiento en tres dimensiones), el control de Graces f funciona a la perfección. No quiero explayarme demasiado, pero son combates dinámicos en 2D (aunque con un poco de movimiento tridimensional para organizarnos por el mapa) en el que cada personaje tiene dos formas principales de atacar. En esta ocasión, no hay puntos de magia para realizar nuestras técnicas



El sistema se basa en un número cada vez mayor que se regenera cuando esperamos, y que se gasta cuando atacamos, realizamos una técnica o conjuramos algún hechizo. Combinando nuestras habilidades podemos aprovechar esos puntos en combos cada vez más largos e interesantes (y cada vez más dañinos), hasta que se gasten, momento en el que tendremos que detener nuestro ataque para restablecerlos por completo. Es un sistema muy interesante que al comienzo parece limitar nuestros movimientos pero acaba en intensísimos combates llenos de ataques, combos y magia. 

Como este sistema de combate es lo mejor del juego, voy a detenerme a explicar brevemente los personajes que podremos controlar. En total disponemos de siete personajes a lo largo de la historia.
El protagonista principal de la historia es Asbel Lhant. Al luchar, alterna sus artes marciales con técnicas de esgrima. Gana bonos al envainar y desenvainar, y ambos estilos de lucha difieren completamente. Combinando ambos puede lograr combos espectaculares, con resultados mortales sobre el enemigo.
Sophie, a la que podríamos llamar coprotagonista, domina las artes marciales con técnicas basadas en puños y patadas, y ataques de energía en niveles más altos. Posee además un útil repertorio de hechizos de curación.
El hermano de Asbel, Hubert Oswell, utiliza una extraña espada del imperio de Stratha, que puede utilizar también como arma de fuego, disparando ráfagos de proyectiles y algún que otro arte curativo.


Cheria es amiga de la infancia de Asbel y Hubert. Sus ataques físicos no son especialmente dañinos, y consisten en dagas lanzadas contra sus oponentes, manteniendo la distancia. Compensa su falta de fuerza física con los mejores hechizos curativos y con potente magia de luz.
Richard es el príncipe de Windor y amigo de la infancia de Asbel y Sophie, con los que hizo un juramento de amistad. Realiza eficaces ataques de esgrima y también conoce poderosa magia ofensiva.
Malik es instructor en la academia de caballeros y fue mentor de Asbel en combate. Utiliza un curioso arma fruto de la combinación de espada y boomerang, que lanza contra sus enemigos, dañándolos a distancia. Es, además, el mejor usuario de magia a distancia del grupo.
Por último, la excéntrica Pascal es un genio de la tecnología, y miembro de los Técnicos. Ataca con su bastón, que dispara proyectiles, y posee la magia más poderosa del grupo, aunque solo tiene efecto a corta distancia del enemigo.

He querido detenerme en los personajes porque el hecho de que son muy distintos entre sí hace que controlar a cada uno de ellos sea un mundo totalmente distinto. Es parecido a lo que ocurría en Symphonia, solo que en esta ocasión todos los personajes tienen potencial jugable de sobra. Además, a medida que combatimos vamos adquiriendo más técnicas, más puntos de combate, y vamos dominando los ataques de nuestros personajes. A diferencia de lo que suele pasar en los videojuegos, en los que cuando ya se le coge el truco a la jugabilidad no hay nada más en ese aspecto, Tales of Graces es cada vez más y más divertido. Al igual que ocurría en Symphonia, en la recta final del juego el manejo será más divertido que nunca. Este es sin duda el mejor apartado del juego, que posee uno de los sistemas de combate que mejor funcionan de entre todos los juegos que conozco del medio, y eso es mucho decir.

Pero vamos a desviar la atención al resto de apartados jugables, en los que Graces f no destaca especialmente. Por un lado, la exploración es bastante escasa, con lo que el juego es prácticamente lineal. El mapa del mundo presente en Symphonia (no en Symphonia 2) se limita a localizaciones separadas por rutas igualmente lineales, lo que no deja mucho lugar a la imaginación. Especialmente al final, sí hay alguna ruta opcional, o eventos de interés, pero no son lo predominante en el juego. Personalmente, hubiera sido más interesante mejorar el mapamundi de Symphonia que limitarlo de esta manera, pero el resultado final no es especialmente malo. No durante un juego, al menos.
A eso hay que sumarle una exploración de mazmorras igualmente... poco satisfactoria. Quien haya jugado Tales of Symphonia habrá podido comprobar que ese juego tenía mazmorras variadas con puzzles entretenidos que resolver, y que desaparecieron en su mayoría en su secuela. En Graces f la cantidad de puzzles disminuye y los diseños de mazmorra se simplifican, quedando a años luz de la exploración general que Symphonia nos ofreció años antes. Eso sí, tampoco tiene unas mazmorras por debajo de la media en el género.


Por supuesto, hay algunas opciones más, típicas de los RPGs. Los títulos que conseguimos mediantes logros y que nos dan bonificaciones, la fusión de objetos para conseguir nuevas armas y útiles, el mezclador de eleth (eleth mixer) que nos dará ventajas durante el combate o tras él (Tal y como hacía la comida de los juegos anteriores)... 
Y también hay que añadir que esta versión extendida de Graces incluye algunas misiones, enemigos y trajes nuevos, además de una historia extra posterior al final del juego y que sirve de epílogo, muy interesante.
Con todo esto, si no vamos a toda prisa y hacemos parte del contenido secundario, sin entrar en los clásicos jefes superdifíciles típicos del posjuego de los RPGs, no sería de extrañar que nos acercáramos a las 100 horas de juego.

Con todo esto, Tales of Graces f está en la media de los RPGs en cuanto a jugabilidad, salvo en los combates, donde, sencillamente, se luce como pocos.

En cuanto a los gráficos del juego, la evolución dentro de la saga sigue por el camino esperado. Seguimos encontrándonos con ese estilo anime recurrente en la saga, aunque los cabezones se han dejado atrás para siempre.
Los escenarios lucen bien, los personajes tienen buenos diseños y en combate la acción transcurre con total fluidez, lo que es de admirar, pues a niveles altos no es poca la información que se junta en pantalla.


Tampoco podemos decir que se hayan arriesgado a la hora de diseñar el nuevo mundo, pero es innegable que luce más que correctamente.
Ah, también cabe mencionar que repartidas a lo largo del juego hay unas cuantas escenas 100% anime, como es habitual en el género. No hay demasiadas, pero sí que hay más que en las entregas anteriores.


En cuanto a la banda sonora, ocurre lo mismo que en Dawn of the New World, aunque no tan drásticamente. En Tales of Symphonia, la música sabía hacerse notar y mejoraba las escenas haciéndolas aún más épicas. Cada personaje tenía su tema reconocido y los escenarios disfrutaban de bellas melodías.
No es que la banda sonora de Graces f sea mala, en absoluto. El compositor sigue siendo el genial Motoi Sakuraba, como de costumbre. Hay muchos temas buenos que recordar, como los que voy a poner de ejemplo. El primero es un tema de batalla, uno de los temas de escenario que más destacan y el tercero otro tema de escenario más convencional:





En general, podríamos decir que la banda sonora de Tales of Graces es bastante buena, aunque en algunas partes del juego necesita destacar más, y algunos temas de batalla, aunque buenos, no tienen el carisma necesario para ser recordado. Otras partes, como la de Stratha, destacan notablemente para bien.
Es un buen trabajo, pero le falta el carisma y la personalidad que se mostró en Symphonia.

En cuanto a las voces... creo recordar que el juego se podía poner en japonés, pero no lo recuerdo. A mí, personalmente, las voces inglesas del juego me parecieron eficaces y carismáticas.

Por último, ya solo me queda hablar de un apartado que parece ser mucho más importante en los RPGs: La historia.
Asbel Lhant es el joven hijo del Señor de Lhant, y su sucesor. Sin embargo, a Asbel no le gusta ese futuro, y su sueño es unirse a la Orden de los Caballeros. Vive su infancia con su hermano Hubert y su amiga Cheria, hasta que un día conoce a una misteriosa chica llamada Sophie, a la que encuentra dormida en un campo de flores, y se hace amigo de ella y de Richard, el príncipe del reino.
Sin embargo, tras un desafortunado incidente que marcará la vida de todos ellos, el grupo se dispersa durante años. Asbel abandona su obligación en Lhant, Hubert es dado en adopción y Sophie desaparece.
Tras este incidente, comenzará una nueva historia que los llevará a madurar y superar sus pasados, al mismo tiempo que tratan de repeler una nueva amenaza que se cierne sobre el mundo y amenaza con dejarlo sin energía vital.


Lo más especial de la premisa es la importancia del prólogo basado en la infancia del protagonista, de gran relevancia en la mayoría de los personajes jugables. Si bien el comienzo puede hacerse algo lento, el prólogo acaba con gran interés.
A partir de ahí, la historia avanza de una forma algo más convencional, con rodeos, pero sin exagerar. La historia es interesante, tiene momentos bastante memorables y se encamina bien hacia una buena resolución, que además se ve reforzado por el arco extra de la versión extendida.
Un punto especial para el desarrollo de los personajes, que por mi parte me pareció más que notable. Un joven Asbel que deja atrás su rebeldía y madura superando las consecuencias de los errores de su niñez, su hermano Hubert enfrentándose a su adopción a otra familia, el príncipe Richard afrontando sus prematuras obligaciones, el capitán Malik y su clásico dilema del caballero... Cada personaje tiene problemas a los que enfrentarse y que los hace desarrollarse como personas. Además, como es habitual es Tales of, a lo largo de la historia los personajes conversan a menudo entre sí, dejándonos ver sus lados más divertidos, extraños o tristes. La interacción entre ellos, sobre todo la presente entre Asbel y Sophie, propiciará aún más ese desarrollo.
Es cierto que no llega al nivel de Symphonia con sus maravillosas revelaciones y giros en la trama, pero su buen desarrollo de personajes, junto a una historia más que interesante, hacen que lo que cuente Graces f sea digno de verse, y deje con un buen sabor de boca.

Tales of Graces f se coloca así en un buen lugar dentro del mundo de los JRPGs. Una historia interesante, unos buenos personajes, unos apartados visual y musical más que aceptable y, sobre todo, un sistema de combate absolutamente genial.
Los amantes de los JRPG no deberían perdérselo, pero gracias a su sistema de combate tan divertido, es más que probable que los que no acostumbren a jugar este género también disfruten de Graces f.







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